Supongamos que hay un hombre ciego de nacimiento, ya adulto, y que ha sido enseñado para distinguir, por el tacto, la diferencia existente entre un cubo y una esfera; Supongamos, ahora, que el cubo y la esfera están sobre una mesa y que el hombre ciego recobra su vista, antes de tocarlos, podría distinguir y decir cual es la esfera y cual es el cubo.
¿Podrá?
El psicólogo Andrew Meltzoff, realizo un experimento con respecto a la pregunta anterior, refutando la intuición empirista. En vez de usar una esfera y un cubo, utilizó dos chupetes, uno con una forma suave y redondeada y el otro con una forma mas bien rugosa y puntiaguda. El método es sencillo. En plena oscuridad un bebe tiene uno de los dos chupetes en la boca. Un tiempo después, los chupetes se colocan sobre una mesa y se enciende la luz. Y entonces el bebé mira mas el chupete que tuvo en la boca, denotando que lo reconoce.
El experimento es muy sencillo y derriba un mito que había durado mas de trescientos años. Muestra que un neonato que tuvo solo una experiencia táctil -el contacto en la boca, considerando que a esa edad la exploración táctil es principalmente oral y no manual- con un objeto ya tiene conformada una representación de como se ve.
Extraído de: La vida secreta de la mente - Mariano Sigman.